Print Shota
Lámina impresa de "Shota", una peliblanca mágica y sabia que narra una historia sobre el origen de las estrellas y esa especie de 'fuego invisible' que es la inspiración.
Tamaño A4 (21 x 29.7 cm)
Papel semimate, 350g
Impreso con margen blanco perimetral de aprox 1,5cm
No incluye marco!
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EL FUEGO INVISIBLE.
Ella era majestuosa, sabia y poseedora de una magia ancestral. Shota iba a cumplir ya los siete siglos, aunque su aspecto seguía pareciendo el de una joven bruja. Conocía los misterios de la naturaleza, el lenguaje de los animales, los instintos humanos y la voluntad de los dioses.
Las cuatro estaciones convivían en los terrenos que rodeaban el castillo, custodiado por un profundo lago plateado y una valla dorada que nadie había osado cruzar.
Shota tenía como única compañía un dragón, Atlas, que pasaba la noche velando el castillo y que al amanecer volvía a su cueva, allá en las cumbres del norte. Las leyendas decían que en el castillo había algo poderoso que debía ser custodiado y protegido como si el peso del mundo dependiera de ello.
El día que marcaban las profecías, la maga salió. Llevaba entre sus manos una gran bola de luz, brillante, incandescente, de naturaleza etérea. Su fulgor blanquecino podría cegar a cualquiera. Shota cruzó los bosques, sobrevoló el lago, atravesó la valla, se despidió de Atlas. Había llegado su hora de marcharse, pero debía cumplir la misión que llevaba esperando tanto tiempo.
Cerró sus ojos y en su último aliento alzó los brazos hacia el firmamento: la bola de luz ascendió hasta la negrura y quedó allí prendida, como un broche de diamante, junto a todas las demás esferas que habían sido lanzadas por sus antepasadas.
Desde aquel día, las vemos cada noche y las llamamos estrellas. Pensamos que no tienen una función, que son cuerpos que flotan a la deriva. Tal vez Shota debió contarnos que aquello que protegía era un poder que guiaría al mundo por el resto de la eternidad: el fuego invisible de la inspiración, esa magia que toca a cualquiera que se atreva a pintar, a escribir, a componer, a bailar.
Ojalá cada vez que miremos las estrellas, recordemos la magia que poseemos, nuestra capacidad de crear.
(Carillustration © Todos los derechos reservados)