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Carillustration

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Lámina impresa de "Owl Eyes", una ilustración mágica, colorida y llena de ternura, con un toque escocés. La pequeña maga y su compañera la lechuza se asoman a saludarte como si os conocierais de antes... ¿Qué se traerán entre manos?

Pssst! Tienes una sorpresita... Baja en esta página para descubrir la historia tras esta ilustración.

Tamaño y características

Tamaño A4 (21 x 29.7 cm)
Papel semimate, 350g
Impreso con margen blanco perimetral de aprox 1,5cm
No incluye marco!

Si esta ilustración fuera un texto...

Despliega para adentrarte en la historia de esta ilustración

OWL EYES

En la habitación de arriba, Cassandra y su lechuza Oak trajinaban sigilosamente entre cuchicheos y risitas. Sin duda, estaban tramando algo...

Bajo el irregular umbral de la puerta, tan antigua y desgastada que dejaba un hueco considerable sobre el suelo, ascendían exclamaciones y carcajadas procedentes de la fiesta que llevaba toda la tarde celebrándose en el piso inferior.

Maggie, Eliza y Ari habían venido a pasar la tarde y celebrar el cumpleaños de Juniper, la hermana mayor de Cassandra. Desde que vivían en esa antigua casa victoriana (herencia de la abuela Eloise), cualquier excusa era válida para organizar una velada llena de dulces, música y anécdotas. No era de extrañar, pues la vida en Edimburgo con su lluvioso clima propiciaba que una se llegara a aficionar a estar en casa e hiciera cualquier cosa para que los días fueran más alegres.

A Cassandra le encantaba esa filosofía... en el fondo comprendía a Juniper y era divertido tener a sus amigas a menudo cerca. Casi las consideraba familia; una semana hacían magdalenas caseras juntas, otra organizaban una fiesta de disfraces, acampaban en el salón o invitaban a los vecinos a participar en un taller de manualidades patrocinado por ellas mismas.


Sin embargo, Cassandra consideraba que tenía demasiado mundo interior como para pasarse el día socializando con los mayores. A ella le gustaba pasar tiempo a solas en su agradable habitación mental, imaginando mundos fantásticos y hablando con Oak de todos los encantamientos que había aprendido esa semana a base de leer los libros de Juniper. Había escrito en secreto cartas a todas las escuelas de magia del país, a ver si tenía suerte de poder acudir a una aunque todavía no alcanzase la edad reglamentaria. Ganas no le faltaban...e inteligencia tampoco.

Así que allí estaban esa tarde Oak y ella ante un nuevo hallazgo que tenía a Cassandra extasiada: arriba en la buhardilla, en el trozo de pared entre la cama y el armario, ¡habían dado con una pequeña habitación secreta! Una especie de pasillo que antaño debió de servir como refugio (es algo común en las casas de la época). A ojos de Cassandra, un escondite así era lo mejor que le podía haber ocurrido esa tarde de lluvia.

Les llevó un rato mover la cama (Oak no paraba de hacer ruido y soltar plumas) y hacer palanca con una regla metálica hasta abrir la portezuela, arrancando inevitablemente el papel pintado de William Morris que la cubría.

Pero, una vez dentro del pasadizo...

[CONTINUARÁ]

(Carillustration © Todos los derechos reservados)